CuEnTo PaRa DoRmiR: Es SóLo TraBaJo

Saturday, July 29, 2006

Marcó a su casa y nadie contestaba. Tomó nuevamente la cajita del anillo y la cambió de bolsillo -jueguito estúpido- pensó.
Cruzó la calle e imaginó la reacción que tendrían sus padres. “La oveja negra de la familia, casado y multimillonario”.
Pensó que les sorprendería saber que encontró al amor de su vida. Que ella era demasiado especial y que no perdería la oportunidad de tenerla junto a él por el resto de su vida. También les sorprendería saber que el hijo que nunca tuvo alguna profesión, era el que ahora los mantenía. Era el que les daba la vida que jamás pensaron tener.
Se detuvo en la esquina y suspiró. Por un momento se angustió al pensar que sus padres podían enterarse de la procedencia de todo ese dinero. Sintió miedo de que supieran que esa fortuna que ostentaba no era más que el premio recibido por todos esos trabajos... ser un asesino a sueldo, era más rentable de lo que imaginaban.
Se detuvo de nuevo, pero esta vez temblando. La idea de que las amenazas recibidas esa semana se concretaran hacía de él un manojo de nervios.
-Cálmate estúpido. Los muertos, muertos están- se dijo intentando controlarse- los muertos no cobran plata.
Siguió caminando pretendiendo no pensar. Según él, las cosas tenían que salir bien... como lo planes. Como estaba en su cabeza.
Tomó aire y continuó pensando en los preparativos para el matrimonio. Pensó en cuánto amaba a esta mujer. Pensó que ahora sería todo diferente. Que tendría una familia y que todo sería perfecto.
Llegó al edificio y recordó que sus padres vendrían de visita. Recordó que conocerían a su novia. Recordó que llegaba tarde de nuevo y que por eso Isabel, su novia, lo mataría.
Entró al ascensor y recordó cuanto los odiaba y dijo que lo primero que haría, después de entregar el anillo, sería pedirle que dejaran aquel edificio.
Al llegar al departamento abrió la puerta y notó que estaba mucho más pesada de lo normal. Logró empujarla lo suficiente para entrar y para ver que su padre estaba tendido en el suelo sujetando la mano de su esposa. Ambos, aparentemente, llevaban largo rato muertos.Impresionado por aquella imagen, corrió por el departamento buscando a Isabel, pero sabía que no serviría de nada. Sabía que era demasiado tarde.Entró al baño y la encontró en el suelo. Estaba pálida y desnuda.
Se alejó un poco y sintió como su respiración era cada vez más lenta. Sintió cómo su corazón latía más lento y más fuerte, pero aún así no sentía nada.
Miró el mueble de baño y vio unos papeles. Varios de ellos eran fotografías. Se acercó a verlas y supo inmediatamente de qué eran. Cada uno de sus trabajos. Cada uno de los cuerpos que encontró la policía... igual que Isabel. Simplemente las amenazas se cumplieron.
Sus ojos se llenaron de lágrimas.
Recordó que su madre solía decir que todo se pagaba en la vida. Que ésta es cíclica y que siempre sufría lo que más amábamos.
Se acercó a la tina y puso el anillo en el dedo de su novia. Sintió ganas de besarla, pero pensó que sería grotesco.
Luego caminó hacia la ventana y vio el cielo. Era una noche hermosa. Siguió caminando en dirección al pasillo y sintió un poco de alivio.
Sacó un pañuelo y limpió sus huellas de la cerradura. Cerró la puerta con cuidado y esta vez bajó por las escaleras.Pensó en sus planes con Isabel.
Pensó que era parte del oficio y que nada podía hacer.Al salir del edificio, pensó en lo que haría. Pensó que la próxima vez tendría más cuidado en su trabajo.
Pensó que ya no sería tan difícil encontrar a otra mujer.

1 comentarios:

joaquin urrutia said...

wenisimo el cuento
ideal pa dormir trankilo