A orillas de la mesa oscura me senté y escribí... (a cerca de Tu Discurso)

Me quedó en la garganta todo el discurso que me diste ese día...
Cuando llegué a mi casa simplemente
lo saqué de ahí y lo metí en mis bolsillos
barajándola como una más de mis opciones
mientras, seguiría abogando por una tristeza ajena...
ajena pero tan propia -como aguda-
que para aguantar las ganas de salir corriendo por ahí
tenia que tener la resistencia de una represa
tenia que estar hecho de asfalto
y eso era lo menos que yo era

Y no me quedó en la garganta porque yo no quisiera
no, mis defensas intelectuales estaban tan bajas en ese momento
debido a "La Enfermedad"
que mi cerebro lo dejo pasar sin molestarse
Lo de más abajo, adonde quería llegar, decidió
-estaba muy ocupado en otros asuntos-
dejarlo en la sala de espera. La Garganta.
Muy mala decisión, resulto peor.

Los sillones de mi casa me recuerdan mi gusto por lo equívoco
¿Acaso no puedo tener un camino equívoco?
Al final siempre fue una lata para mi seguir el mismo camino que todos
y me desespero cuando las cosas no están en mis manos
Y ahora, siento que este camino no es mío y la vida no me pertenece
no por las circunstancias, sino porque mis acciones están determinadas
por el miedo al fracaso y no por el lograr SUEÑOS.
No se asuste. Que no sea parte del exitismo circundante significa literalmente que soy un fracasado
o bien todo lo contrario
Sin más que decir se despide: Un corresponsal de prensa cualquiera

Todo lo dicho aquí es mera imaginación de un webon cualquiera
y Finalmente ese es mi estado y eso es lo que no me gusta de mi.